En un año marcado por la sequía y diversas circunstancias, se han obtenido resultados variables en cuanto al porcentaje de preñez en el ganado, lo cual ha afectado directamente a los sistemas productivos. Así lo afirma el Dr. José Hermann, médico veterinario del ejercicio liberal, quien destacó la influencia del clima en el rendimiento de los sistemas de reproducción.

En este escenario, el porcentaje de preñez ha presentado realidades muy diferentes según las circunstancias. El clima ha sido el factor desencadenante de estos resultados variables. "Si ha llovido antes, si ha llovido después, si se han tomado medidas o no se han tomado medidas, y desde el punto de vista económico, si convenía o no tomar ciertas medidas", explica el profesional.

Según los datos recopilados por el Dr. Hermann, el porcentaje de preñez varía entre un 45% y un 88%, considerando diferentes categorías de ganado, como vaquillonas de primer entore a los 24 meses, 18 meses y vacas paridas de segunda cría. Sin embargo, no se ha registrado ningún caso con más del 90% de preñez.

En promedio, el porcentaje se sitúa en un 74%, tomando en cuenta todos los factores. El experto estima que el rango más alto alcanzado en cuanto a porcentaje de preñez en estos establecimientos ha sido del 70% al 75%.

En definitiva, se han tomado medidas para mitigar los efectos de la sequía, como el destete precoz y acciones puntuales para garantizar la supervivencia de las vacas de cría en medio de la escasez de alimento asociada a la falta de agua. Estas medidas implican una inversión significativa en los establecimientos, que pueden adoptarse, decir vender o resolver la situación de distintas maneras.

El Dr. Hermann destaca que, en comparación con años anteriores, el porcentaje de preñez ha disminuido en un rango estimado del 10% al 15%. Esta variación se atribuye a las diferencias entre los establecimientos ganaderos. Algunos han tenido condiciones favorables, como lluvias tempranas, decisiones anticipadas y disponibilidad de pasto de calidad, lo que ha permitido una mejor recuperación del ganado. En contraste, otros establecimientos han enfrentado dificultades debido a la falta de pasto y problemas nutricionales asociados a la escasez de agua.

A pesar de la crisis, el Dr. Hermann destaca que en muchos lugares los porcentajes de preñez no han sido tan negativos. Sin embargo, resalta la importancia de considerar las particularidades de cada módulo o establecimiento ganadero, ya que en algunos casos la situación ha sido muy adversa debido a diferentes factores.

En conclusión, la sequía ha impuesto desafíos significativos en la ganadería, reflejados en los porcentajes de preñez más bajos en comparación con años anteriores. Las decisiones tomadas en relación con la gestión del agua y los recursos forrajeros han sido determinantes para mitigar los efectos adversos. A pesar de las dificultades, algunos establecimientos han logrado mantener resultados aceptables, demostrando la importancia de la planificación y la adaptación en tiempos de adversidad climática.