El nuevo gobierno conservador de Nueva Zelanda anunció que suspenderá el plan para imponer tasas a las emisiones contaminantes que produce el ganado a través de los eructos y gases, el cual iba a entrar en vigor a partir de 2025. La decisión fue tomada por el Ejecutivo que asumió el cargo en noviembre del año pasado y revierte una de las medidas que tomó el gobierno anterior liderado por la exprimera ministra Jacinda Ardem.

A través de un comunicado, el ministro de Agricultura, Todd McClay, explicó que la prioridad del gobierno es hallar soluciones prácticas y tecnológicas para que los agricultores reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero sin afectar la producción ni las exportaciones. “Estamos centrados en encontrar herramientas prácticas y tecnológicas para que nuestros agricultores reduzcan sus emisiones de una manera que no reduzca la producción ni las exportaciones”, afirmó McClay.

El nuevo gobierno de Nueva Zelanda había recibido varias críticas por parte del sector agrícola ante la falta de claridad sobre cómo se medirán las emisiones y el impacto económico que tendrá. “El actual gobierno está comprometido a cumplir con nuestras obligaciones en materia de cambio climático sin cerrar las granjas neozelandesas”, subrayó McClay. “No tiene sentido enviar empleos y producción al extranjero, mientras los países menos eficientes en carbono producen los alimentos que el mundo necesita”.