El mercado chino mostró cierta reactivación, un movimiento que animó a los operadores e industriales que lograron mejoras en los valores de exportación regional para la gran mayoría de los ítems que se colocan en este destino.

Se trata de un momento trascendente para la demanda del principal importador mundial. En los años anteriores a esta altura —meses de setiembre, octubre y primera quincena de noviembre— los importadores comenzaban a elevar sus compras de manera de asegurarse mercadería para las festividades del Año Nuevo Lunar, entre fines de enero y principios de febrero, el pico anual de demanda en el país.

Algunos agentes especulan y confían en que este resurgir del mercado puede pautar al arranque de la zafra para las compras del Año Nuevo; otros, sin embargo, son más cautos. “La película de este año es más o menos repetida. Aparecen con fuerza unos días, suben los precios hasta US$ 500 por tonelada y luego salen del mercado. Hay que ser cautos”, consideró un bróker brasileño consultado por Faxcarne. Están frescos en la memora los intentos de renegociación de contratos en los momentos de caída de la demanda.

No es que China no estuviera comprando. Está llevando volúmenes enormes de carne brasileña y también argentina, en tanto que las ventas de Uruguay están en caída, primero porque la oferta no abunda, y segundo, porque los exportadores uruguayos tienen “menos cintura” que sus socios regionales para aceptar precios más bajos, dado que pagan más cara la materia prima. En el año a agosto las exportaciones uruguayas a China cayeron 32% anual en volumen.

Lo cierto es que esta última semana se dieron subas del entorno de los US$/t 100-200 en las ventas a ese destino. La mejora abarcó también a la carne ovina.

Habrá que analizar en las próximas semanas cómo se comporta el mercado. Si se trata de otra golondrina que no hace verano o si comienza a percibirse una mejora compradora que se extienda por varias semanas.