Desde Texas, Estados Unidos
La delegación que forma parte del tour ganadero que organiza la Agropecuaria de Dolores por el estado de Texas tuvo la oportunidad ayer de participar de una exposición a cargo de David Anderson sobre los mercados de la carne vacuna en Estados Unidos.
Anderson, especialista en extensión y experto en marketing, contó que los precios del complejo ganadero están en niveles récord y proyectó que seguirán al alza “por dos o tres años más”.
Los precios récord abarcan tanto a los terneros (se pagan casi US$ 8 por kilo por un animal de 200 kilos), el ganado que venden los corrales de engorde (US$ 4,10 el kilo en pie) y la vaca de refugo (US$ 2,42 el kilo en pie). Sin embargo, los precios mayoristas de la carne, aunque están altos, no son los máximos de la historia, por lo que Anderson concluyó que el momento no es bueno para el sector frigorífico y quien tiene todas las de ganar en las actuales condiciones de mercado es el criador.
Sin embargo, dado que hay varios costos que están altos, los precios récord todavía no se trasladan a márgenes récord para los productores.
Estados Unidos es un gran participante del mercado internacional de la carne vacuna tanto como exportador, así como importador. Anderson dijo que en los próximos años caerán las exportaciones y aumentarán las importaciones. “No faltará mucho para que el lobby de productores comience a presionar para limitar las importaciones de carne, que van a ser récord”, vaticinó el especialista.
Recordó que 70% de lo que Estados Unidos importa es carne magra para la elaboración de hamburguesas, dado que la mitad del consumo de carne vacuna en el país es de hamburguesas y no tienen la producción interna suficiente de carne magra para abastecer el mercado local.
Anderson dijo que, a pesar de los precios récord de los terneros, la cantidad de vaquillonas de razas carniceras que queda en el rodeo de cría es “la menor en décadas” y explicó que esto se debe a la situación de sequía que sufren grandes regiones productivas. “Esto hará que tengamos 2,3 o 4 años por delante de baja producción”, expresó. “Los altos precios van a durar bastante”, vaticinó, porque “tenemos unos cuatro años por delante para que la producción de carne aumente de forma significativa”.
Anderson dijo que, a pesar de los altos precios minoristas de la carne vacuna, por el momento los consumidores aceptan pagar precios más altos por el producto. Para el especialista, la principal incertidumbre de la cadena cárnica pasa por saber hasta qué punto los consumidores estadounidenses aceptarán seguir pagando precios cada vez más caros por este alimento.