Desde principios de 2021 hasta el segundo trimestre de este año la faena de vacunos en Uruguay fue creciendo hasta alcanzar en los 12 meses cerrados en mayo un máximo histórico de 2,78 millones de animales. A partir de junio comenzó a bajar y la expectativa es que la tendencia se mantenga durante el segundo semestre de este año, el cual culminará con una faena inferior al récord de 2021.
No era posible sostener el frenético ritmo de actividad que se llevó adelante hasta mayo de este año sin que se produjera una baja significativa del rodeo. Por lo tanto, que se produzca la moderación que comenzó en estas últimas semanas es algo tranquilizador pensando en la oferta en el mediano plazo.
En el segundo semestre de 2021 la faena promedió 53 mil cabezas por semana. Durante todo el invierno, la tradicional pos zafra, se enviaron a faena más de 52 mil vacunos por semana. Ese ritmo es imposible que se sostenga este año, no porque no estén los estímulos para acelerar la velocidad de producción, sino porque ya se hace difícil seguir extrayendo animales bien terminados. La oferta se contrajo a un mínimo e, incluso si la industria hiciese hasta lo imposible por mantener el nivel de actividad, no lo podría hacer.
Por lo tanto, la faena mantendrá la tendencia descendente en el correr del segundo semestre del año y tenderá a culminar entre 2,4 millones y 2,5 millones, por debajo del máximo de 2,638 millones de 2021. Desde un punto de vista histórico es un ritmo de faena excelente. De hecho, hasta ahora solo hubo dos años con faenas de más de 2,4 millones de cabezas, el mencionado 2021 y 2006.
El sistema parece estabilizarse en la producción de unos 2,9 millones de terneros destetados por año. Sobre esta base, es absolutamente viable sostener una faena anual de 2,4 millones de cabezas, 200 mil animales exportados en pie, además de los cerca de 250-300 animales que se mueren o son consumidos en el campo.
A partir de allí comenzarán nuevos desafíos para seguir creciendo.