La faena de vacunos evoluciona muy por debajo del año pasado, con un fuerte descenso de los animales que llegan desde las pasturas, parcialmente compensado por un crecimiento de la oferta desde corrales de engorde.
Según datos del INAC, en el año al 22 de agosto la industria frigorífica procesó 1,21 millones de animales, un descenso de 18,4% respecto al mismo período de 2019. Son 274 mil animales menos.
Pero la baja no se ha dado en forma uniforme. La faena de vacunos que llega desde los corrales de engorde aumentó en la comparación anual, por lo que todo el peso del descenso de la actividad se da en animales provenientes de pasturas.
Hasta el 22 de agosto, los corrales de engorde proveyeron 14,4% de los vacunos que llegaron a faena; aumentaron no solo en proporción, sino también en términos absolutos. A esta altura del año pasado los animales que llegaron a las plantas frigoríficas desde los feedlots eran 10% del total.
Llegaron a la industria desde los corrales 123 mil novillos y 47 mil vaquillonas, con un aumento anual de 16% y 15%, respectivamente.
En un contexto de descenso de la faena global, el hecho de que haya crecido la de animales de corral implica que lo que cayó —y de forma pronunciada— es la faena de ganado proveniente de pasturas. Se estima que a la fecha se faenaron 1,01 millones de vacunos que salieron de pasturas, 23% menos que los 1,31 millones del mismo lapso del año pasado. Son 300 mil animales menos, fundamentalmente vacas, pero también novillos.
En el caso de los novillos, el grueso del descenso es en animales de 6 dientes y boca llena, con caídas de más de 30%. Son animales de la generación 2017 o anterior, cuyo número se vio resentido por la voluminosa salida de terneros en pie en 2017 y 2018. Además, hubo una fuerte presión compradora el año pasado que seguramente adelantó la terminación de muchos de los que habían quedado en el país. Por el contrario, los novillos de 2-4 dientes y los de diente de leche aumentaron en la comparación anual.
Por su parte, la faena de vacas se desplomó 26%. Una de cada cuatro vacas enviadas a faena el año pasado, quedó en el campo en el corriente. Son 152 mil animales menos en lo que va del año. Son dos las razones que ayudan a explicar esta baja, una del lado de la oferta y otra de la demanda. Desde la oferta, los relativamente altos precios de los terneros llevan a los criadores a tomar la decisión de mantener los vientres dentro del rodeo de cría; desde la demanda, el incentivo por el lado del precio a faena no es tan fuerte como lo era el año pasado.
La faena tenderá a crecer a partir de los últimos meses de este año o en 2021, cuando comience a quedar disponible en mayor proporción la generación 2018.