El año de pandemia ha sido removedor y angustiante, pero desde aquel momento de mediados de marzo —cuando todo era incertidumbre— a la fecha, quedó claro que el impacto sobre los mercados de las materias primas ha sido en general bajo y en muchos casos nulo.
Si se comparan los precios actuales de diversas materias primas —entre ellas varias de las principales que exporta Uruguay— con los que tenían un año atrás, en la mayoría de los casos hubo un impulso alcista significativo, con otros en los que las referencias son similares.
El petróleo, la principal materia prima, fue la que más subió. Un año atrás el barril Brent cotizaba por debajo de los US$ 30 y actualmente se acercó a los US$ 70 (aunque ayer bajó fuerte), una recuperación del orden del 130%.
El complejo agrícola también tuvo una fuerte valorización, en especial en el caso de la soja, impactada por la firme demanda desde China y por problemas productivos en América del Sur, la principal región productora. Los cereales —maíz y trigo— también mejoraron nítidamente sus referencias, aunque en proporciones menores que la soja.
Los mercados internacionales de los lácteos gozaron de una robusta recuperación desde el último trimestre de 2020 a la fecha. La leche en polvo entera, más allá de la corrección a la baja en la subasta de esta semana de la plataforma de Fonterra (el Global Dairy Trade), subió cerca de 50%. El impacto sobre los precios internos de la leche remitida a planta aun no se observa dado que la última cotización es de febrero, previo a que se diese el fuerte salto de las referencias internacionales a principios de marzo. Seguramente en el correr del primer semestre de este año los aumentos en los valores medios de exportación de los lácteos uruguayos serán trasladados a la materia prima.
En el precio de la hacienda para faena las referencias actuales son muy similares a las que había un año atrás, pero la situación del mercado es totalmente distinta. Hace un año los precios estaban nítidamente a la baja con un contexto regional muy deprimido. Ahora, el mercado está firme tanto en el plano internacional como local y robustecido por referencias regionales mucho más altas que el año pasado. El índice Faxcarne del Novillo Mercosur, que estima un valor medio del macho para faena en la región, subió 22% en el año y se ubica actualmente en US$ 3,50, mismo nivel que el novillo uruguayo; un año atrás este índice cotizaba a US$ 2,88 el kilo carcasa.
En los precios del complejo ovino la situación no es la mejor. Los textiles en general y la lana en particular sufrieron fuertemente la pandemia. Desde el piso de las referencias internacionales de setiembre a la fecha la recuperación del valor medio de la lana ha sido cercana al 60%, pero recién se está en las referencias que había cuando comenzaba la pandemia un año atrás. Para la carne ovina el mercado está firme y al alza, pero con precios inferiores en la comparación anual.
En definitiva, el precio de las materias primas goza de buena salud en este contexto. La expectativa de recuperación de la economía mundial en la medida que, vacunación mediante, la pandemia comience a quedar atrás, permite ser optimista en cuanto a que los altos precios permanecerán por el resto del año.
El problema para el Uruguay agroexportador es la tendencia del dólar; en los últimos 12 meses bajó 2%, en tanto que la inflación supera el 9% anual. Por lo tanto, el poder de compra de la divisa cayó algo más de 10% en el último año, complicando la competitividad de los productos uruguayos en el mercado internacional. Uruguay es un país caro; si el dólar se debilita, lo será más aún. Es un mal recurrente en las últimas décadas.