De acuerdo a los resultados de un monitoreo de entore —que abarcó a 13.040 vacas paridas— a cargo del veterinario Guillermo de Nava, la seca no tiene todavía un impacto significativo en los niveles de preñez. En total se evaluaron 11 rodeos en: Artigas (2), Salto (3), Paysandú (1), Tacuarembó (3) y Cerro Largo (2).
El monitoreo arrojó un promedio de vacas en anestro del 34,4% (rango de 3,1% a 75%); un promedio de vacas en anestro profundo del 25,5% (rango de 0,5% a 60,6%); vacas en anestro superficial 7,9% (rango 0% a 23,3%); promedio de vacas ciclando 38,9% (rango de 17% a 60,9%); y promedio de vacas preñadas 26,6% (rango de 0% a 50,3%).
“A pesar de la severa sequía que se padece en el país, la incidencia promedio de anestro total encontrada es inferior a los 3 años precedentes”, destacó en los comentarios del monitoreo De Nava. De todas formas, advirtió que “se encuentran niveles muy altos de vacas no-cíclicas
en algunos predios puntuales, sin que exista, como sí ocurrió en otros años, una regionalización en su incidencia”.
Asimismo, el profesional indicó que dentro de las vacas catalogadas como en anestro, “hay un mayor componente de vacas en anestro profundo que en anestro superficial en comparación a otros años”.
“Los hallazgos que se reportan en este informe no necesariamente son representativos de la situación general de la cría, desde que hay rodeos evaluados que, aunque suelen manejarse con una carga animal/hectárea alta, son sometidos a un Manejo Reproductivo Controlado y poseen un programa de selección por fertilidad en las vacas de muchos años lo que puede mitigar la incidencia de anestro en las vacas de cría”, precisó De Nava.
Además, el veterinario advirtió que “todos los predios” en donde se evaluaron rodeos en el monitoreo de entore se observa un continuo deterioro en la cantidad y calidad forrajera por el avance de la severidad de la sequía”.