El presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), Gabriel Capurro, centró su “último discurso” como principal de la gremial en la pobreza, la desigualdad y la distribución de la riqueza. No tuvo reclamos para el gobierno que comenzó a trabajar el 1º de marzo y destinó buena parte de su oratoria a una anécdota de un viaje a China hace unos 30 años y a los cambios en la conducción de la política económica en ese país que, más allá de ser comunista, dejó de condenar la generación de riqueza.
Capurro habló sobre las diferencias entre desigualdad y pobreza. Dijo que muchos gobiernos de la región optaron por enfatizar en la desigualdad, que es “más fácil de encarar”, pero que también es “fácil caer en el populismo con políticas impositivas que terminan castigando a los que más trabajan y perpetuando la pobreza cuando se entrega dinero sin ninguna contrapartida”.
Al respecto, recordó que la presión fiscal en Uruguay es del 35%, “de las más altas de América Latina”, y que, si se tienen en cuenta los impuestos encubiertos dentro de las tarifas públicas, pasa a ser la más elevada de la región. En este sentido, resaltó el mensaje que el gobierno dio con la ley de Presupuesto de no aumentar impuestos. “Es el primer ajuste fiscal sin aumento de impuestos, lo valoramos”, expresó el presidente de la gremial que el año que viene estará cumpliendo 150 años de existencia.
“La única forma de reducir la pobreza es con una economía que crece”, enfatizó Capurro, y fue con este preámbulo que contó la anécdota de su viaje a China tres décadas atrás. Cuando comenzaron las reformas económicas en ese país comunista, el 97% de su población era pobre. El líder intelectual de este cambio, Den Xiaoping, había dicho que “hay que promover las personas que tienen iniciativa, porque si no generamos riqueza, el socialismo termina siendo pobreza compartida”. Sin dudas disruptivo respecto a los lineamientos políticos anteriores en la ahora segunda principal economía del mundo.
A partir de las reformas económicas promovidas por Xiaponig, que lideró los destinos de China desde 1978, ahora hay 100 millones de chinos dentro del 10% de personas más ricas del mundo y se sacó de la pobreza a 900 millones de personas. “Hoy China es bastante desigual, pero la gente vive mejor”, dijo Capurro.
Comparó sus tasas impositivas con las de Uruguay. La presión fiscal es de 17%, “la mitad que en Uruguay”, y no hay impuestos a la riqueza ni al patrimonio, los cuales terminan en aumento del desempleo y atentan contra la generación de riqueza.
Capurro cerró su discurso —mucho más breve que el del año pasado— comentando los trabajos que empiezan a realizarse para la celebración de los 150 años de la ARU en 2021 y con un reconocimiento de los grandes dirigentes que lo presidieron en el timón de la gremial agropecuaria.