El Banco Central del Uruguay (BCU) divulgó ayer su Informe de Política Monetaria (IPOM) del trimestre abril-junio. Allí, los servicios técnicos de la autoridad monetaria prevén cierta mejora del Tipo de Cambio Real (TCR) hasta el tercer trimestre de 2025 (que permitiría reducir parte del rezago actual), aunque para mediados de 2026 se mantendría por debajo de sus niveles de fundamento.

De acuerdo al reporte, el Tipo de Cambio Real Efectivo (TCRE) global, se depreció 1,6% en el trimestre móvil cerrado en junio (preliminar) con respecto al inmediato anterior, al impulso de la relación con Argentina. Asimismo, el TCRE bilateral con respecto a países competidores de nuestros productos registró una leve apreciación en la misma comparación.

Mientras tanto, en el segundo trimestre el Tipo de Cambio Real de Fundamentos (TCRf) estimado por los servicios técnicos (promedio de tres metodologías) se apreciaría levemente (0,3%) con respecto al trimestre anterior (enero-marzo). El aumento de la productividad relativa impulsa la apreciación del TCRf, mientras que el descenso de la ratio Gasto Privado-PIB, la baja de los términos de intercambio y la menor relación Gasto Público-PIB impactan en sentido contrario.

Por otro lado, el Indicador de Excedente Bruto Unitario (IEBU), que mide la rentabilidad de la industria exportadora y se dispone con mayor rezago, acumula un aumento de 0,9% en el promedio del trimestre móvil a abril, revirtiendo la desmejora observada en el informe pasado.

En el escenario de referencia la economía crecería en torno a 2,5% promedio en 2024 y cerca de 3,5% en el resto del HPM (Horizonte de Política Monetaria a 24 meses). El principal motor de crecimiento en el horizonte serían las exportaciones netas (2024) y el gasto privado (2025). La inflación interanual se mantendría dentro del rango meta durante todo el HPM (24 meses) y convergería al centro del rango (4,5%) al final del horizonte. Dicha evolución estaría guiada por una política monetaria en fase contractiva en todo el HPM, la acción de los distintos mecanismos de transmisión y el marco de coordinación de políticas pautado por aumentos de precios administrados compatibles con el centro del rango. Esta dinámica se daría en el marco de expectativas de inflación que continúan reaccionando favorablemente a la fase contractiva de la política monetaria. A esta evolución de la inflación también contribuirían otros factores macroeconómicos, como la persistencia de una brecha TCR negativa que se cierra a un ritmo relativamente lento y la presencia de una brecha PIB en terreno negativo a lo largo de todo el horizonte. Los principales riesgos para el nivel de actividad refieren a los desequilibrios macroeconómicos de la región, según el IPOM.

Por otra parte, el principal riesgo para la inflación está asociado a la no convergencia de las expectativas hacia el centro del rango, determinando una mayor persistencia inflacionaria a través de los ajustes de precios y de la dinámica salarial. Este riesgo tiene alto impacto y probabilidad reducida, según el informe. Asimismo, se destaca el riesgo derivado del aumento de las tensiones geopolíticas globales, con impacto directo en los precios de los commodities y de los costos de transporte, e indirecto en el aumento de la aversión al riesgo por parte de los inversores, que redunde en una apreciación del dólar a nivel global.

¿Cuándo se corregiría la brecha?

De acuerdo al IPOM del trimestre abril-junio, el TCRf se reestima levemente a la baja en la mayor parte del HPM, debido especialmente a que se espera crecimiento del ratio Gasto Privado-PIB, al contrario de lo proyectado para el informe anterior, y a que se corrige al alza la senda proyectada para los términos del intercambio.

Mientras tanto, la mayor reducción supuesta para la ratio Gasto Público-PIB tiene menos fuerza. Como resultado de la trayectoria de ambas variables, la brecha del TCR parte de un valor cercano a 15 p.p. (puntos porcentuales) y se va cerrando lentamente en el horizonte de proyección. De esta forma, al final del HPM (junio de 2026) el TCR se encontraría 9 p.p. por debajo de su nivel de fundamentos, recortando buena parte del desvío inicial, según el BCU.