Para entender el impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania en la seguridad agroalimentaria global y regional, la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), organizó el webinar “Fertilizantes y Agronegocios: desafíos para la seguridad alimentaria ante la guerra en Ucrania”.
El secretario general de ALADI, Sergio Abreu, dio inicio al webinar destacando el esfuerzo de la organización para “acercar instrumentos digitales que vayan al encuentro de las dificultades que se plantean a nivel global, en particular por la trágica circunstancia de una guerra que tenemos que condenar y evitar”.
Rusia y Ucrania son líderes en el mercado de cereales y fertilizantes, por lo que el conflicto afecta al comercio internacional de estos productos, además de poner en riesgo la seguridad internacional, alimentaria y energética, con impactos en los 13 países que integran la ALADI.
“Nuestra región es la más desigual del planeta. Por la pandemia han desparecido más de 30 millones de puestos de trabajo, y ahora, con el incremento de precios, la tasa de pobreza tiende a aumentar en términos generales porque la hermana siamesa de la guerra es la inflación, el impuesto más insensible, sobre todo para los consumidores que viven de menguados ingresos”, explicó Abreu.
Lo que suceda con el mercado de fertilizantes es importante para los países de la ALADI, ya que el 96% de estos productos proviene de afuera de la región, cuya cadena productiva está basada en la producción de alimentos. En este sentido, el secretario general sostuvo que existe una “contradicción estratégica entre una región que importa insumos para su producción pero no encuentra elementos que faciliten el intercambio amparado en preferencias arancelarias de tratados entre países”.
Al respecto, explicó que si se pudiera establecer un sistema de producción intrarregional, los empresarios se verían beneficiados con 97% menos de aranceles en fertilizantes y 86% menos en cereales.
Abreu hizo hincapié en la importancia de unir la voluntad política con los empresarios y los instrumentos que se requieren para tener más inversión, empleo y paz social, y por eso expresó que con la herramienta Conexión Empresarial que desarrolla ALADI, las empresas que exporten o importen este producto podrán “buscar respuestas puntuales para ver cómo se solucionan los problemas de abastecimiento, y también cuestiones a mediano plazo”.
A continuación, fue el turno de Roberto Rodrigues, coordinador del Centro de Agronegocios de la Escuela de Economía Fundación Getulio Vargas, quien disertó sobre las perspectivas y posibles respuestas desde Brasil, y sostuvo que debe existir un “fuerte apoyo de los gobiernos con créditos y garantías” para los empresarios de este sector.
A modo de conclusión, Abreu sostuvo que los instrumentos de ALADI permiten “combatir la desigualdad, abrir oportunidades y dar a nuestros países una menor dependencia externa, que demuestren que el esfuerzo vale la pena, y que las pymes están respaldadas para que después de las dificultades puedan encontrar una solución”.