La falta de humedad en las capas más superficiales del suelo se está haciendo sentir. “Venimos prácticamente de dos meses (por junio y julio) sin agua o un nivel mínimo. Abajo hay humedad, pero no en los primeros 5-10 centímetros. Precisamos unos 20-30 mm de lluvias, con eso tiramos unos 10-15 días sin problemas”, dijo a Informe Tardáguila el gerente comercial de Barraca Erro Germán Bremermann. El ingeniero agrónomo comentó que la falta de lluvias se hace más necesaria para las últimas siembras de cultivos de invierno, donde hay chacras que nacieron un “poca desparejas” o incluso todavía no han nacido.
Consultado sobre la superficie de siembra prevista para los cultivos de invierno, el gerente de Erro estimó un crecimiento para la superficie de trigo, a unas 360 mil ha, una leve caída para el área de cebada, mientras que en la colza la superficie implantada —según los programas que maneja la empresa— bajaría alrededor de un 50% respecto a la zafra 2023/24. Esto llevaría a tener, a nivel país, un área para esta oleaginosa de invierno por debajo de las 100 mil ha. “El aumento del trigo va a compensar algo, pero vamos a tener unas 40-50 mil hectáreas menos este invierno”, proyectó Bremermann.
En el caso de los cultivos de verano para la zafra 2024/25, advirtió que hoy existe “mucha incertidumbre” con la siembra proyectada de maíz por el efecto chicharrita. “Probablemente baje fuerte el área en Uruguay y la región; ya tenemos algo en ese sentido en Argentina”, acotó. Por su parte, en lo que respecta a la soja, indicó todavía queda por ver si el pronóstico de Niña moderada finalmente se confirma y si los precios actuales sobre los US$/t 400 pueden mantenerse para la próxima campaña. “En principio, podríamos repetir un área de 1,3 millones de hectáreas como la pasada zafra. Quizás para setiembre tengamos un panorama un poco más claro”, finalizó.