Dos décadas atrás Brasil se propuso convertirse en una potencia agroindustrial y lo logró gracias a políticas de Estado apropiadas. Ahora el país más extenso y poblado de Sudamérica va por más.
En la próxima década el área agrícola brasileña crecería un 15,5%, para alcanzar 92,2 millones de hectáreas, proyecta un estudio realizado por la Secretaría de Política Agrícola del Ministerio de Agricultura y Ganadería (Mapa) con el apoyo de Embrapa.
Los cultivos que experimentarán un mayor crecimiento en la superficie sembrada son la soja (+25,1%), el maíz tardío (+24,9%), el trigo (+18,4%), el arroz (+20,3%) y los porotos (+38,1%).
“Es relevante considerar que una parte importante del crecimiento del área sembrada será apoyada por el Programa de Recuperación de Áreas Degradadas, con líneas de crédito especiales para la regeneración productiva de áreas que actualmente son de baja productividad”, enfatizó Silvio Farnese, director de Análisis Económico y Políticas Públicas de Mapa, por medio de un comunicado oficial.
Gracias a los aumentos de área y el incremento de la productividad, se espera que la producción de soja pase de 147,3 millones de toneladas en 2023/24 a 199,4 millones en 2033/34, lo que permitiría generar una oferta exportable superior a 130 millones de toneladas.
El cultivo de maíz alcanzaría en la próxima década 153,1 millones de toneladas con un crecimiento del 32,3%, mientras que el aumento del consumo es estimado en 109,8 millones de toneladas (+30,4%) en línea con el creciente uso de cereales para la producción de etanol, que actualmente procesa 17,0 millones de toneladas.
La producción brasileña de bioetanol de maíz en 2023/24 alcanzó los 5920 millones de litros. Para 2024/25 la previsión de producción es de 6940 millones de litros con el estado de Mato Grosso liderando la producción.
En cuanto a trigo, la proyección muestra que en 2033/34 Brasil podría producir 11,39 millones de toneladas, una cifra que garantiza que el país tendrá que seguir importando el cereal para abastecerse del mismo. Se espera además que la producción de arroz en Brasil aumente en 3,1 millones de toneladas hasta alcanzar los 13,7 millones de toneladas, lo que permitirá cubrir el consumo interno y también contar con una oferta exportable del cereal.