En su IV Encuesta de cosecha 2023/24, publicada por la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) la semana pasada, el organismo corrigió a la baja las expectativas de producción de soja, en un contexto de descenso global en las proyecciones de producción que bajarían en 13,5 millones de toneladas respecto a la campaña anterior, a 306,4 millones de toneladas.
Se espera que el principal cultivo del país, la soja, produzca 155,3 millones de toneladas. El resultado representa una caída del 4,2% en las expectativas, ya que las primeras proyecciones apuntaban a una cosecha de 162 millones de toneladas. Las lluvias mal distribuidas y las altas temperaturas influyeron negativamente tanto en la siembra como en el desarrollo de los cultivos.
Las condiciones climáticas también fueron decisivas para que algunos productores migraran a otros cultivos, contribuyendo a la reducción de la superficie con relación al relevamiento difundido en diciembre.
En el caso del maíz, la producción total se estima en 117,6 millones de toneladas, una reducción del 10,9% respecto al ciclo anterior. La caída es un reflejo de una menor superficie plantada y un empeoramiento de los rendimientos esperados de los cultivos. La primera cosecha del cereal, que representa el 20,7% de la producción, viene experimentando situaciones adversas como altas precipitaciones en los estados del Sur, escasas precipitaciones acompañadas de altas temperaturas en el Centro-Oeste.
Para la segunda cosecha del cereal, la denominada safrinha, además de evaluar costos, las decisiones de los productores dependen de factores climáticos, disponibilidad de una ventana para la siembra y precios de mercado.