Excepto en algunas zonas que sufrieron heladas muy fuertes, los cultivos de trigo están soportando las bajas temperaturas con leves daños en la región pampeana y conservan su potencial productivo. “La humedad acumulada en el barbecho permitió satisfacer adecuadamente los requerimientos hídricos, que son bajos en las etapas iniciales de los cultivos”, observa un técnico que trabaja desde hace varios años en el sur de Santa Fe.

En la región triguera norte, las variedades de ciclo largo están en pleno macollaje desarrollando la parte aérea pegada al piso y con las raíces buscando profundidad. Las del ciclo corto recién asoman de la tierra.

En general, los cultivos se han planificado con muy buen nivel tecnológico, para apuntar a altos rindes que “diluyan” el encarecimiento de los alquileres y de los fertilizantes. Así, el contenido inicial de nitrógeno se niveló con fertilizantes hasta el valor necesario -por ejemplo 150 kilos por hectárea- que permita alcanzar el rendimiento objetivo. Por esa razón, los equipos aplicadores estuvieron trabajando a pleno la semana pasada, para aprovechar que los chaparrones de domingo y lunes incorporaran la urea.

Por ahora, el clima relativamente seco determinó que las enfermedades criptogámicas no sean un grave problema. “Se ven algunos ataques de mancha amarilla, que se van monitoreando en las regiones de cultivo más secas o se tratan con fungicidas en las de mayores precipitaciones”, diferencia el profesional. En estas etapas iniciales de los trigos la demanda hídrica es del orden de 1 mm por día en las variedades de ciclo corto y de 2 mm en las de ciclo largo y se satisface con la humedad acumulada en el suelo. Por esa razón “los cultivos continúan en carrera y están para rendir lo presupuestado, salvo los afectados por las recientes granizadas”, proyecta el técnico. Luego, a partir de principios de septiembre, se desencadena la pugna entre lluvias y temperaturas. Si las precipitaciones fueran escasas y la primavera cálida, podría comenzar a comprometerse el potencial de producción.

Entretanto, los productores están tomando decisiones con los seguros de los cultivos, en el entendimiento que los años con fenómeno Niña generalmente tienen más riesgo de granizadas que los Niño y deciden cubrirlos en un año en que el trigo de altos rendimientos promete rentabilidad.

Fuente La Nación